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    COMERCIANTES FENICIOS

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            Los fenicios, los primeros grandes comerciantes de la historia, por necesidad, se convirtieron en grandes navegantes, primero para visitar lejanos países buscando nuevos mercados para vender en las factorías que iban fundando en las tierras que visitaban. Los fenicios fueron los primeros en navegar las costas del Mediterráneo y llegaron hasta España. Una leyenda asegura que se asentaron en Gadir (Cádiz) hacia el 1100 a.C, porque los augurios fueron buenos, pero la realidad era que Gadir estaba enclavada en una región privilegiada: dominaba el Estrecho de Gibraltar y tenía muy cerca los yacimientos de cobre y de estaño. Desde ahí, podían explotar las minas y ejercer el comercio de los dos más importantes metales de la época: el cobre y el estaño.

           Fenicia estaba situada entre los dos países más ricos de su tiempo, Egipto y Asiria. De todos los puntos cardinales llegaban caravanas con mercancía: incienso, mirra, ágata y ónix, desde Arabia; piedras preciosas, canela, pimienta, maderas olorosas y el marfil venían de la India; el ébano y las plumas de avestruz procedían de Etiopía y las telas de algodón fabricadas por Egipto.

            Desde Oriente llegaban a Fenicia las finas lanas de Siria, las telas, los tapices, perfumes y trigo de Babilonia; del Norte venían los caballos y mulas de Armenia y los utensilios de cobre que elaboraban los pueblos del Cáucaso.