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Los gusanos se originaron por adquisición de la simetría
bilateral y por perforación del intestino, seguida de la división
del cuerpo en anillos o segmentos característica de todos los
animales superiores: gusanos, insectos y vertebrados.Se reconoce en
la lombriz de tierra, las avispas, los cangrejos, en la raspa de los
peces, las vértebras de la gallina, las costillas de los animales
sacrificados.
Gracias a la segmentación, el tubo de los gusanos primitivos
se convierte en el tren de los gusanos anillados. Siguiendo con este
símil, la cabeza es la locomotora en la que va el conductor
vigilando y conduciendo; en los vagones, que lleva detrás,
se arrastra la carga de los órganos internos; cada uno de los
vagones está en relación con el mundo exterior por un
órgano especial, llamado órgano segmentario por encontrarse
en cada segmento: consiste en un embudo rotatorio, que expulsa los
residuos de la cavidad del cuerpo. Este órgano segmentario
aparece en los embriones de todos los animales superiores y constituye
una indicación cierta de que sus antepasados han debido llevarlos.
La historia primitiva de los grandes troncos animales está
poco aclarada. Pero, se mantiene el hecho notable de que el cuerpo
del vertebrado está segmentado como el de los gusanos anillados,
y de que se conservan en él restos de órganos segmentarios,
tan parecidos a los de los gusanos, que no se puede por menos de pensar
en un origen común. A partir de los órganos segmentarios
centrales y gracias a diversas aportaciones ulteriores se han desarrollado
los ríñones, que todavía llevan en el embrión
indicios claros de órganos segmentarios antiguos. En los órganos
sexuales se encuentran restos de los órganos segmentarios posteriores,
tanto en el hombre como en la mujer, en el cuerpo de la cual se conserva
un órgano segmentario de gran tamaño: la trompa. La
trompa de la mujer debe ser el órgano más antiguo que
se conserva en el cuerpo humano funcionando en su forma primitiva.
Los gusanos son animales acuáticos, cuya piel fina no les permite
la estancia en la sequedad . Nunca se ve ningún gusano arrastrarse
de día en tiempo seco, y si hay alguno, como sucede ocasionalmente
con las lombrices de tierra, es un candidato a la muerte. Indudablemente,
aunque no sabemos cómo, los gusanos han invadido más
tarde la tierra firme. Probablemente no por su voluntad, sino cientos
de veces y en centenares de sitios distintos, forzados por las olas,
el flujo y el reflujo, las marismas y los mares desecados, y han luchado
contra la muerte como todos los seres.
Lo primero que adquirió el gusano para vivir en la tierra firme
fue una piel impermeable. De los gusanos blandos derivaron animales
duros del tipo del ciempiés. Al endurecerse la piel desapareció
la capacidad para moverse serpenteando. Tuvieron que arrastrarse,
a causa de lo cual se desarrollaron verrugas en los puntos de los
anillos que rozaban el suelo, y constituyeron los gérmenes
de las patas futuras. Más tarde los muñones se convirtieron
en patas; y como cada segmento produjo un par de ellas, se transformó
el animal en un milpiés, aunque solo puede utilizar no más
de 173 pares. Y ahora nos encontramos con un paralelismo impresionante
del mundo animal - la pata desarrollada a partir de la del ciempiés
siguió la misma construcción que la surgida más
tarde en la aleta de los peces, pero ambos órganos no tienen
nada de común ni desde el punto de vista histórico ni
desde el estructural. La pata del vertebrado posee un esqueleto interno
de hueso, la pata del insecto es una pata acorazada como la de una
armadura antigua; sin embargo, ambas se han articulado de la misma
forma: los órganos son las respuestas que da el plasma a los
problemas de la vida. Cuando un ser corre, desarrolla patas, y las
patas se dividen automáticamente, para cumplir su misión,
en cadera, muslo, rodilla, pierna, tobillo, pie y dedos.
Como era de esperar, el ciempiés no empleó todas sus
patas para correr. Levantó las anteriores y las usó
para el tacto, con lo que se transformaron en palpos o antenas; las
que seguían a las antenas las utilizó para coger y despedazar
las presas, con lo que se convirtieron en piezas bucales.
Debido a esta transformación, la parte anterior del gusano
se quedó sin patas y originó la cabeza; en el extremo
posterior del cuerpo las patas, se atrofiaron y se originó
el tercio posterior ápodo, el abdomen. La parte central comprendida
entre la cabeza y el abdomen, provista de patas, lleva el nombre de
tórax.
Esta división en tres partes es característica de los
animales acorazados; Aristóteles, como estaban separados por
secciones, los llamó animales seccionados, Entomat, de donde
se deriva la palabra entomología, que es el estudio de los
insectos. En la Edad Media el latín desplazó al griego
como lengua culta y se introdujo la versión latina: insecto.
Las arañas y los cangrejos no presentan secciones y, por tanto,
no son insectos.
Los tres grupos de animales provistos de patas articuladas se pueden
distinguir fácilmente con la siguiente fórmula: los
insectos poseen 3 pares de patas, las arañas 4 pares y los
cangrejos 5 pares.
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