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Dos hombres de jazz

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Coleman Hawkins - Este pionero de la música de jazz y primera figura interpretando el saxofón tenor, nació en 1904 y murió en 1969, en Nueva York. Poseía una técnica depurada y un extraordinario sentido de la armonía y de la improvisación. Empezó a destacarse como solista en la orquesta de Fletcher Henderson, con quien hizo sus primeras grabaciones en el año 1923, es decir, recién cumplidos los diecinueve años., pero su solos con el instrumento en esa época eran muy rudos y de un ritmo poco interesantes. Pero, cuando entró a la orquesta de Louis Armstrong, cuya colaboración enriqueció las interpretaciones del grupo, Coleman abandonó su estilo inicial e introdujo ritmos innovadores que lo destacaron en los medios jazzísticos. Dos años más tarde, sus únicos rivales eran Sidney Bechet, en saxo soprano, Frankie Trumbauer en trombón a vara y el bajista Adrian Rollini.
Coleman Hawkins, viajó a Europa y estuvo actuando en giras durante cinco años y en ese período amplió su sentido armónico, enriqueciéndolo, lo mismo que su sentido de improvisación, que constituían la llegada del jazz moderno, de modo que al volver a los Estados Unidos en 1939, era una señalada figura del jazz; por entonces grabó la que se considera su pieza maestra Body and Soul vertiendo en ella su incomparable estilo de improvisación y manteniendo el rico sonido que obtenía de su instrumento. Hay que decir que su estilo crió escuela. Después de pasados sus días como un innovador del jazz, Coleman Hawkins continuó jugando un papel magnífico y los ecos de su estilo pueden percibirse en saxofonistas como Rollins y Coltrane.



Benny Goodman, el más grande clarinetista de jazz, nació en Chicago, en 1909, impuso con su orquesta un nuevo estilo, el swing, por lo que se le conoció el Rey del Swing. Goodman tocó junto a los músicos blancos principales de su tiempo, incluso trompetista Bix Beiderbecke, cuando todavía era un adolescente. Él, técnicamente, era uno de instrumentistas mejor dotados de los años treinta. Su estilo inicial fue influenciado a través de dos clarinetistas negros de New Orleans, Jimmie Noone y Johnny Dodds, y por el músico blanco, Don Murray. Después de trabajar con Ben Pollack, gradualmente, ofreció su propio estilo marcando su originalidad. Tuvo la visión de ligarse al más importante orquestador negro, Fletcher Henderson.
Ya en el año 1936, Goodman había logrado amplia popularidad y los bailarines acudían entusiastas para bailar con el nuevo ritmo, el swing. Su éxito también alcanzó a la venta de sus grabaciones, logrando cifras nunca registradas. También actuaron en su orquesta otros famosos solistas, incluso el célebre trompetista Harry James y el batería más importante de esos años por su espectacularidad interpretativa, Gen Krupa. Y ocurrió que todos se convirtieron en celebridades nacionales. Al finalizar la década de los años 30, Benny audazmente, agregó a su orquesta un nuevo instrumento, el vibráfono, con su más famoso intérprete, Lionel Hampton .
Benny Goodman no se destacó como compositor ni como orquestador, pero sí se distinguió como director con su trío, su quinteto y su gran orquesta, brillante como incomparable intérprete de su instrumento, el clarinete. Tanto es así que Benny Goodman, en diversas ocasiones, fue llamado para integrar algunas de las más famosas orquestas sinfónicas de los Estados Unidos.