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En una entrevista, en mayo de 1996, Jacques Cousteau, afirmó:
"La humanidad ha causado más daño físico
a la Tierra en este siglo que en toda la historia previa del género
humano: residuos radioactivos, proliferación nuclear, mercado
negro de materiales de fisión, destrucción de bosques
y zonas húmedas, la erosión del suelo, la contaminación
de los ríos y de los mares.
Lo mismo puede decirse del sistema de mercado en el que vivimos, que
crea el consumismo. Yo afirmo que el ciudadano carece de información
o, mejor dicho, los medios de difusión lo intoxican con desinformación
y que la publicidad induce a las personas a comprarlo todo, incluso,
cosas que no necesita para vivir. Los gobiernos no actúan porque
están sujetos a sus necesidades electorales, nadie se preocupa
del modo de vivir que estamos deparando a las nuevas generaciones.
Incluso, las Naciones Unidas que conocen estos problemas, se limitan
a hacer recomendaciones y nunca toman decisiones efectivas"
En otra entrevista, también de 1996, el científico Carl
Sagan, afirma que el siglo XX será recordado por tres innovaciones
sin precedentes:
1) Unos medios para salvar, mejorar y alargar la vida, 2) Otros, para
destruirla y, por primera vez, con el riesgo de hacer desaparecer
toda la civilización, y 3) Un conocimiento, inimaginado, de
nosotros mismos y del universo que nos rodea.
Hace 10.000 años la Tierra alimentaba hasta 10 millones de
personas: la revolución verde que representa la moderna tecnología
agrícola de nuestro siglo, ha hecho factible alimentar a una
población de 6.000 millones de habitantes. Pero, la tecnología
ha cambiado la cara de la cultura popular y la ha transformado en
un comercio utilitario, en manos de grupos multinacionales sin fidelidad
para ningún país, y que inundan los medios de difusión
con programas de ínfimo relieve cultural. La tecnología,
a la vez, ha creado arsenales nucleares en USA, Rusia, Reino Unido,
Francia, China, Israel, Pakistán e India, esto, sin considerar
las armas químicas y otros artilugios.
Hoy, las armas estratégicas permiten que las guerras puedan
hacerse sin que los enemigos se enfrenten cara a cara. Es decir, la
ciencia y la tecnología forman una espada de dos filos. Y si
damos una breve mirada a la ciencia en el microcosmos vemos que la
biología molecular, permite comparar gen por gen, bloque molecular
por bloque molecular, para descubrir el grado de relatividad, probando
la profunda similitud encontrados en la evolución biológica:
el hombre y el chimpancé comparten el 99,6% de sus genes activos,
lo que confirma que son nuestros parientes más próximos.
También se ha demostrado que la radiación genera aminoácidos
y otros componentes necesarios para la vida y, en tubos de ensayo
se ha demostrado que, los ácidos nucléicos y otras moléculas,
se reproducen por sí mismas y también reproducen mutaciones.
Repasando los nuevos conocimientos sobre el macro-cosmos se ha revelado
que nuestro Sol está en un extremo remoto de la Vía
Láctea, compuesta por 400.000 millones de soles y se ha comprobado
que existen otros 100.000 millones de galaxias, rotando una sobre
la otra. Por eso, reflexiono:
"Si se entiende el Universo como un simple conjunto de leyes
naturales, los que creen en Dios, pueden atribuir esas maravillosas
leyes al poder divino, pero es mejor aceptar el Universo como realmente
es y no pretender que sea como nosotros deseamos".
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