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Existen células que contienen en sí mismas todo el
aparato necesario para vivir independientemente, lo que constituye
únicamente el comienzo del proceso vital que ha seguido progresando
para desarrollar organismos que contienen muchos millones de células,
dotadas de muy diversas clases de funciones especializadas y unidas
todas en una estructura organizada. Los organismos más elevados
son colecciones de células tan alejadas de la célula
aislada como ésta lo está de las moléculas que
la forman, y los progresos realizados por la vida al construir dichos
seres a partir de las células no son menores que los requeridos
para lograr la célula aislada a partir de las substancias orgánicas.
Incluso una mosca pequeña contiene millones de células
con numerosas funciones distintas; por ejemplo, células que
producen enzimas especiales; glóbulos rojos que elaboran hemoglobina,
células musculares, células nerviosas y cerebrales,
y las células sensoriales que forman los órganos de
los sentidos. Todas ellas están unidas en el organismo animal
con un grado de coordinación que parece increíble. Su
conjunto produce en los animales superiores unos organismos dotados
de posibilidades fantásticas; estas creaciones serían
completamente inimaginables si no se tratase de objetos familiares
de cada día.
¿Pero cómo se llega a esta especialización de
la función? Al menos en los animales, todo organismo comienza
con un óvulo o célula fecundada, y de las divisiones
sucesivas de esta célula -en el caso de los seres humanos se
efectúan al menos unas cincuenta divisiones - proceden todas
las células especializadas del adulto completo. ¿Cómo
se efectúa este proceso? Es obvio que la división conlleva
alguna diferenciación, es decir, en uno o en varios periodos,
se deben crear dos células que no son idénticas; algunas
producirán células hepáticas y otras intestinales
o cerebrales y en cada una de estas células, existen los mismos
cromosomas y el mismo complemento de ADN. De hecho, los cromosomas
comprenden proteínas, así como ADN, en el caso de los
animales, contienen un tipo especial de proteína básica,
la que se denomina histona , capaz de combinarse con el ADN, que es
una sustancia de carácter ácido, sin cuya presencia
no se desarrolla un organismo, como sucede a las células bacterianas
si no contienen histona.
La capacidad de producir células diferenciadas es muy distinta
en diversos orga-nismos. Por ejemplo, una planta frecuentemente es
capaz de reproducir toda la planta a partir de una pequeña
parte de la misma. Si se corta un pequeño fragmento del tallo
y se planta en el suelo, a menudo se desarrollará una planta
completa, con raíces y finalmente flores y semillas. Por consiguiente,
las células del tallo son capaces de originar las células
diferenciadas de la planta íntegra.
Los animales inferiores presentan a menudo facultades de regeneración
notables. Una lagartija que pierda la cola es capaz de regenerar una
nueva cola; la estrella de mar es capaz de reproducir una de sus puntas,
y la lombriz de tierra vuelve a formar un nuevo individuo a partir
de un fragmento. La capacidad de los animales superiores para sustituir
las partes perdidas es mucho más limitada. Las heridas y las
quemaduras curarán, si no son demasiado extensas, por la reproducción
de nuevas células cutáneas en los bordes de la lesión.
¿Qué estimula a estas células a multiplicarse,
y luego a detener la multiplicación cuando ya se ha efectuado
la reparación de una manera completa? Lo ignoramos.
La capacidad de los tejidos para producir células de diversos
tipos es mayor en los estadios precoces del desarrollo del embrión,
y en los animales superiores se pierde cuando el embrión se
desarrolla hacia el organismo completo. En las primeras fases del
desarrollo del embrión, el futuro destino de las células
parece estar ampliamente indeterminado. Los primeros estadios del
desarrollo, antes del conocido con el nombre de fase de gástrula,
fueron estudiados por Spemann en la lagartija acuática, y descubrió
que, cuando se secciona por la mitad un embrión de poco tiempo,
cada mitad desarrolla una lagartija completa. Empero, esta posibilidad
se pierde rápidamente y pronto se forman partes diferentes
que únicamente desarrollan órganos determinados. Así,
unas partes formarán cerebro, otras corazón o intestino.
El destino final de las células queda, pues, determinado en
una fase muy temprana del desarrollo del embrión y luego no
puede modificarse.
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