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Praga tiene una población de poco más de un millón
de habitantes; la ciudad cubre unos 500 kmt2. Su ubicación
en el corazón de la Europa continental la convierte en un punto
base desde donde se puede visitar cómodamente la campiña
de Bohemia y otras ciudades, tales como Nüremberg, Viena, Bratislava
y Budapest.
Praga está compuesta por cinco antiguas ciudades y es atravesada
por el río Moldava, afluente del Elba. Su ubicación
en el centro de Europa ha sido como un imán para los viajeros.
A principios del siglo X era una bulliciosa ciudad, sin embargo hay
que saber que sus gobernantes, que dirigían feudos familiares,
vivieron episodios sangrientos. En el año 935, el príncipe
Wenceslao fue asesinado por su hermano Boleslav; posteriormente fue
canonizado y es venerado como santo patrón de Bohemia. Durante
la Edad Media, bajo el reinado de Carlos IV, Praga vivió una
época de oro, en la que se convirtió en una ciudad magnífica,
más grande que París o Londres, y propició la
construcción de la primera Universidad de Europa central.
Durante el siglo XVI, tras una sucesión de reyes débiles,
se hicieron con el poder los Habsburgo, iniciando una dinastía
que abarcó casi cuatro siglos. En 1618, poco después
de la muerte de Rodolfo II, uno de sus más ilustrados regentes,
Praga se convirtió en el foco de la revuelta protestante que
dio origen a la guerra de los Treinta Años, cuya secuela significó
una grave decadencia de la que no volvería a recuperarse hasta
el siglo XVIII; la mayoría de las más hermosas iglesias
y palacios barrocos de Praga datan de esa época y con llegada
del siglo XIX se produjo un resurgimiento del nacionalismo, entonces,
se construyeron el museo Nacional, el teatro Nacional y el Rudolfinum,
pero solo en 1918. Praga se convirtió en capital de una república
independiente. Durante la II Guerra Mundial fue ocupada por el ejército
alemán, y a continuación vivió cuatro décadas
de comunismo. Eso terminó con la llamada Revolución
de Terciopelo, en 1989. Praga inició una nueva era.
Tras esta breve historia, desarrollamos una breve guía de los
lugares que todo turista debe visitar, empezando por saber que existe
la Ciudad Vieja, la Plaza de la Ciudad Vieja, su Ayuntamiento, el
Barrio Judío y el Antiguo Cementerio Judío, el Castillo
de Praga, los Palacios Real y Stenberg, y otras plazas y monumentales
catedrales e iglesias.
Las calles de la Ciudad Vieja están libres de tránsito
y en ella deben visitarse el Palacio Golz-Kinsky, que es un museo
de arte, la Iglesia de San Nicolás, monumento barroco, la Iglesia
de Nuestra Señora de Tyn o la de Santiago. También en
la zona está La Casa Municipal, recinto de conciertos musicales,
la Torre de la Pólvora, torre de estilo gótico, sin
olvidar la Casa de los Dos Osos Dorados, el Teatro de los Estados,
la Casa Storch, y varios monumentos. En Praga nació Franz Kafka,
un de los más influyentes escritores del siglo XX. Y en la
sur de la Plaza de la Ciudad Vieja están edificios como La
mesa de piedra, El unicornio Dorado, Las cigüeñas, La
estrella azul y La Casa Ochs. En el Barrio Judío, es verdad
que ha desaparecido el Antiguo Gheto, pero se conservan las viejas
calles y en ellas están las Sinogogas Klausen , Pinkas, Staronová,
la Alta y la Sinagoga Española, junto a las iglesias de San
Cástulo, de San Simón y San Juan, Iglesia del Espíritu
Santo
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