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Algo sobre la Química

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A menudo se considera aún a la química como una ciencia experimental puramente descriptiva. Hoy en día, este punto de vista es erróneo. Es verdad que, en ciertos aspectos, la química es una ciencia natural. Le da este carácter la cantidad de especies químicas existentes en estado natural u obtenidas por síntesis, especies que es necesario describir para poder reconocerIas, y clasificar para determinar las relaciones de unas con otras.

Fue solo a fines del siglo XVII cuando se hizo la primera tentativa, debida a Stahl, de sistematizar las reacciones químicas basada en la noción del flogis­to, principio de la combustibilidad. Pero, esta doctrina era demasiado artificial para mantener su predominio y resistir una confrontación experimental bien realizada. Encontró en el gran químico francés Lavoisier un adversario que, al multiplicar las experiencias para combatida, dio a la química el carácter de una verdadera ciencia física, con leyes rigurosas que permiten comprender, prever y orientar las reacciones.

Lavoisier, que también en otros dominios fue un precursor, debe ser considerado como el creador de la química general, es decir, de aquella parte de la ciencia química que, dejando de lado el aspecto descriptivo de las especies, se dedica a determinar su constitución e investigar las leyes de su clasificación y a prever sus propiedades y sus comportamientos en las reacciones.

Para lograr estos fines, la química general debió apelar a las ciencias vecinas, en particular a la física, y recurrir a técnicas cada vez más rigurosas y delica­das. Sus bases experimentales le confieren actualmente un sólido fundamento y sus desarrollos teóricos pueden utilizarse como guías seguros. Las pocas hipó­tesis que aún subsisten han demostrado ser tan fecundas que, a falta de una certidumbre indiscutible, se puede tener la seguridad de que cumplen una im­portante función, al suscitar investigaciones e impulsar, más o menos directamente, el retorno a la observación experimental, árbitro supremo de su validez.

La mayoría de las sustancias naturales, como la mayor parte de los productos brutos que dan las reacciones químicas, son mezclas de varios cuerpos, ya sea mezclas heterogéneas, formadas por partes constitutivas diferentes.

A menudo se considera aún a la química como una ciencia experimental puramente descriptiva. Hoy en día, este punto de vista es erróneo. Es verdad que, en ciertos aspectos, la química es una ciencia natural. Le da este carácter la cantidad de especies químicas existentes en estado natural u obtenidas por síntesis, especies que es necesario describir para poder reconocerIas y clasificar para determinar las relaciones de unas con otras.Fue sólo a fines del siglo XVII cuando se hizo la primera tentativa, debida a Stahl, de tematizar acciones químicas basada en la noción del flogis­to, principio de la combustibilidad. Pero, esta doctrina era demasiado artificial para mantener su predominio y resistir una confrontación experimental bien realizada. Encontró en el gran químico francés Lavoisier un adversario que, al multiplicar las experiencias para combatida, dio a la química el carácter de una verdadera ciencia física, con leyes rigurosas que permiten comprender, prever y orientar las reacciones.

Lavoissier, que también en otros dominios fue un precursor, debe ser con­siderado como el creador de la química general, es decir, de aquella parte de la ciencia química que, dejando de lado el aspecto descriptivo de las especies, se dedica a determinar su constitución e investigar las leyes de su clasificación y a prever sus propiedades y sus comportamientos en las reacciones.

Para lograr estos fines, la química general debió apelar a las ciencias vecinas, en particular a la física, y recurrir a técnicas cada vez más rigurosas y delica­das. Sus bases experimentales le confieren actualmente un sólido fundamento y sus desarrollos teóricos pueden utilizarse como guías seguros. Las pocas hipó­tesis que aún subsisten han demostrado ser tan fecundas que, a falta de una certidumbre indiscutible, se puede tener la seguridad de que cumplen una im­portante función, al suscitar investigaciones e impulsar, más o menos directamente, el retorno a la observación experimental, árbitro supremo de su validez.

La mayoría de las sustancias naturales, como la mayor parte de los pro­ductos brutos que dan las reacciones químicas, son mezclas de varios cuerpos, ya sea mezclas heterogéneas, formadas por partes constitutivas diferentes, ya sea mezclas homogéneas, cuyas partes parecen todas idénticas. La química, cuya tarea es caracterizar los cuerpos por propiedades invariables, se interesa solo de manera accesoria por el estudio de las mezclas y, si bien su primer objeto es reconocer su existencia, una tarea primordial es discernir sus constituyentes y aislarlos. .

El papel del análisis inmediato, que aplica tratamientos mecánicos o físicos como la separación, la filtración, la cristalización, la destilación, etc., consiste en reducir las mezclas a especies químicas definidas, es decir, a fracciones, cuyas propiedades y composición son invariables, por más que se repitan los tratamientos a los que se las sometan.

Algunas de estas especies químicas resisten a todos los tratamientos físicos o Quím.cos y no pueden ser escindidas en otros constituyentes químicos: son los cuerpos simples, cuyo número alcanza la centena. En cambio, es posible descomponer las combinaciones químicas, dando los cuerpos simples que las constituyen. Su número es actualmente de varios cen­tenares de miles y su síntesis crea continuamente otras nuevas.

Por 1o general, la formación de una combinación hace aparecer propiedades nuevas, totalmente distintas de las propiedades de los cuerpos simples que las constituyen. Sin embargo, subsiste en toda combinación algo esencial que es propio de los cuerpos simples que la forman. Esta entidad del cuerpo simple es el elemento químico y se manifiesta por algunos raros caracteres particulares, comunes a cada cuerpo simple y a todas sus combinaciones; entre estos caracteres elementales figuran las propiedades radiactivas y los fenómenos de emisión o absorción de los rayos X.