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Si el lector se sumerge en las páginas del libro"La Historia
empieza en Sumer "del
Profesor de Asiriología Samuel Noah Kramer, sin duda, debe
reordenar las categorías que había aceptado sobre los
hechos históricos y, como el autor nos invita a aplicar un
nuevo ángulo a la morfología cultural de los tiempos
remotos para que intentemos ahora reconstruir las grandes líneas
de la historia sumeria. Esta reconstrucción, aunque provisional
e hipotética, podría revelarse como algo interesantísimo,
en lo que hace referencia a la interpretación de los documentos
arqueológicos descubiertos o que aún están por
descubrir.
El período presumerio conoció, al principio, una civilización
agraria y aldeana. Se admite actualmente, por regla general, que esta
civilización fue llevada a la Baja Mesopotamia por los inmigrantes
venidos del sudoeste del Irán, que han podido ser identificados
gracias a su cerámica pintada en una forma característica.
Probablemente, poco tiempo después de esta primera colonización
iraní, los semitas se infiltraron en la región, ya fuese
pacíficamente o por medio de la conquista.
La fusión de estos dos grupos étnicos (iraníes
del este y semitas del oeste) y la fecundación recíproca
de sus civilizaciones dieron origen a una primera civilización
urbana. De igual modo que la civilización sumeria posterior,
esta civilización urbana englobaba cierto número de
ciudades, que se disputaban sin cesar la supremacía sobre el
resto del país. Su unidad y su estabilidad debieron consolidarse
en diferentes etapas en el transcurso de los siglos. En estas épocas,
el Estado mesopotámico, en el que, sin duda, predominaba el
elemento semita, llegaría a ejercer su influencia sobre varias
de las regiones vecinas, y así se crearía lo que pudo
muy bien haber sido el primer imperio del Asia Occidental, y, sin
duda, el primero de la historia universal.
Los territorios que este imperio llegaba a veces a dominar, tanto
cultural como políticamente, comprendían, sin duda,
entre otros, la franja occidental de la meseta iraní, la región
que más tarde recibió el nombre de Elam. Fue en el decurso
de estas expansiones y de las guerras que las acompañaban cuando
los mesopotamios entraron por primera vez en conflicto con los sumerios.
Este pueblo primitivo, y probablemente nómada, había
venido tal vez de las regiones situadas allende el Cáucaso
o el mar Caspio, y ejercía una notable presión sobre
las regiones del Irán Occidental que los mesopotamios dominaban
y que se veían obligados a defender a toda costa, ya que servían
de Estados-tampón entre su imperio y los países bárbaros.
En las primeras batallas que libraron contra los sumerios, los ejércitos
mesopotámicos, militarmente muy superiores, no tendrían
dificultad, seguramente, en derrotar a las hordas sumerias. Pero,
a la larga, esas hordas primitivas y nómadas ter-minarían
por aventajar a sus adversarios, más civilizados y sedentarios.
Los guerreros sumerios que residían como rehenes en las ciudades
mesopotámicas o servían como mercenarios en sus ejércitos,
consiguieron asimilar los elementos que más falta les hacían
del arte militar de los vencedores. Y cuando el Imperio mesopotámico
se hubo debilitado y empezó a tambalearse, los sumerios atravesaron
los Estados-tampón del Irán Occidental, y la continuación
invadieron la Baja Mesopotamia, de la que se adueñaron.
Resumiendo, diremos que el período presumerio de la Mesopotamia
se inició con una civilización agraria y aldeana, traída
por los iraníes. Más tarde pasó por una fase
intermediaria, a consecuencia de la inmigración e invasión
de los semitas. Tuvo su apogeo durante una época de civilización
urbana, de preponderancia probablemente semítica, y esta última
desembocó en la formación de un imperio que fue destruido
por las hordas sumerias.
Si ahora pasamos de este período presumerio o irano-semítico
que se remonta a la más remota antigüedad mesopotámica,
al período sumerio que siguió, este último comprende
tres fases de civilización: la fase prelítero. (antes
de la aparición de la escritura), la fase protolítera
(primeros indicios de escritura) y la fase literaria precoz (primer
uso corriente de la escritura).
La primera fase se inició por una era de estancamiento y regresión,
consecutiva al derrumbamiento de la civilización irano-semítica
y a la invasión de la Baja Mesopotamia por las hordas guerreras
y bárbaras de los sumerios. Durante esta época, que
duró varios siglos, culminando en la "edad heroica",
fueron los jefes de guerra sumerios, poco civilizados y de psicología
inestable, quienes reinaron sobre las ciudades desvastadas y los pueblos
incendiados de los vencidos mesopotamios; sin embargo los vencedores
estaban lejos de haber logrado un estado de seguridad, porque, aunque
amos de la Baja Mesopotamia, debieron soportar las hordas de venidas
del desierto del oeste: los martus, unos semitas que vivían
en tribus y que no conocían el grano y que, más tarde,
desencadenaron cruentas guerras contra los sumerios recientemente
urbanizados.
Por eso, Noah Kramer, solo al iniciarse el período protolítero
afirma que los sumerios se sintieron sólidamente implantados
y arraigados en nuevo país, probablemente, momento, en que
se consolidó el nombre de Sumer a la Baja Mesopotamia.
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