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En la ciudad alemana de Clausthal, en 1843, nació Roberto
Koch. Desde muy temprana edad mostró inclinación por
las ciencias naturales, pero nada hacía presagiar la importancia
que llegaría a tener su decisión de dedicarse a la investigación
científica.
Se cuenta que a los 30 años, su casa estaba llena de pájaros,
ratones grises- que cazaba para hacer experimentos - perros, gatos
y monos. Trabajó duramente varios años hasta lograr
su primer éxito, en 1873, estudiando el carbunco y la bacteria
carbuncosa - ahora bacillus anthracis-, al descubrir las esporas del
germen y su papel en la transmisión de una enfermedad, que
Davaine no vislumbró, pese a que había descubierto la
bacteridia diez años antes. Este trascendental descubrimiento
le valió ser nombrado miembro extraordinario de la Oficina
Imperial de Salud, de Berlín.
En 1877, Roberto Koch publicó su técnica para el examen
de las bacterias, esta vez, fijadas y coloreadas, pues hasta entonces
los gérmenes se examinaban en fresco. En 1881 y 1882, trabajó
examinando los tubérculos de animales infectados, encontró
en ellos finos bastoncitos, los que también se hallaban en
la expectoración de los enfermos de tuberculosis. El 10 de
abril de 1882, Roberto Koch presentó en la Sociedad de Fisiología
de Berlín su trabajo La etiología de la Tuberculosis.
Y en 1890, anunció el descubrimiento de la tuberculina, sustancia
- decía - capaz de dificultar en desarrollo del bacilo tuberculoso,
pero pronto se demostró que no tenía ningún valor
terapéutico, aunque si era válido para el diagnóstico
de la infección, dado que permitía separar los sujetos
en tuberculinos positivos y tuberculinos negativos.
En 1881, en el Ier Congreso Internacional de Medicina, Roberto Koch,
demostró el valor de su método de cultivo de las bacterias
en un medio sólido y, en 1882, Paul Erlich, estuvo presente
en la memorable sesión del 24 de mayo cuando anunció
al mundo el descubrimiento del germen de la tuberculosis.
El 27 de mayo de 1910, víctima de un infarto del miocardio
murió Robert Koch, el investigador que descubrió la
causa de la enfermedad de los pobres.
Es posible decirlo así, porque en los países ricos,
la tuberculosis disminuye al ritmo de un 10% anual y se establece
un cálculo de un caso contagioso por un millón de habitantes.
Y en los países pobres, Styblo, uno de los mejores expertos
en epidemiología, estima que cada año hay 4 millones
de nuevos casos contagiosos y otro tanto en niños hasta los
14 años de edad, y que en el mundo, en el siglo XXI, la tuberculosis
es causa de muerte para 3 millones de personas al año.
Se estima que la tuberculosis deja de ser un problema de salud cuando
la tasa de incidencia de este padecimiento, en todas sus formas, es
menos de 5 por cada 100 000 habitantes y se considera eliminada, según
la OMS, cuando el índice baja a uno por cada millón.
La OMS - que agrupa a más de 250 miembros, en Nueva Dehli,
India, otorgó a Cuba un galardón, por ser el país
que ha cumplido mejor sus recomendaciones y que tiene 7 casos por
100.000 habitantes.
Finalmente, Styblo, sostiene que con 250 millones de dólares
al año, se puede dar tratamiento y curar completamente a todos
los nuevos casos de tuberculosis de un año y del mundo. Esta
cifra en menos de la cuarta parte del valor de un portaviones nuclear.
¿Se cumplirá el sueño de Roberto Koch, que murió
creyendo que había dado con la forma de eliminar la tuberculosis
de la sociedad universal?
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