Tumores |
||
De ahí que su aparición signifique siempre un proceso patológico, aunque las consecuencias para el individuo afectado sean muy variables. Existen tumores benignos que se soportan sin mayor inconveniente cuando no motivan obstáculo mecánico o comprimen algún órgano importante. Otros, los malignos, son altamente perjudiciales por sí mismos; a causa de los productos nocivos que elaboran, y que llevan fatalmente aparejada la muerte, si no son eliminados a tiempo. Todos los tumores malignos reciben vulgarmente el nombre de cáncer, palabra latina que significa cangrejo y alude a las ramificaciones emitidas por la periferia de la neoplasia, en las cuales se percibe algún parecido con las patas de dicho animal. Nadie ignora que el cáncer es una de las más temibles
enfermedades que afligen a la Humanidad, sin distinción de
países ni de clases sociales; y son muchos los hombres de ciencia,
médicos, biólogos, químicos y físicos,
dedicados durante las últimas décadas a resolver la
angus- Prescindiendo de más o menos fundadas hipótesis, sólo
se sabe con certeza que basta una célula afectada para provocar
el desarrollo atípico, y a ello se debe la frecuencia de varios
tumores simultáneos en un mismo individuo. Una o pocas células
se desprenden de la neoplasia maligna primitiva y, sea por la sangre
o por la linfa, son transportadas a otros lugares, a veces muy distantes
o siembra donde aparecen luego nuevos tumores de la misma especie.
Este fenómeno de trasplante o siembra de células cancerosas
es conocido por metástasis. Júzguese cuan importante
es para el enfermo que su cáncer sea extirpado quirúrgicamente
o destruido mediante los rayos X o el radium antes de haya dado lugar
a dicha secuela: el porvenir de la precocidad del diagnóstico.
¿Cuántos son los que acuden a la consulta cuando el
tumor ha progresa tanto que es inoperable, o cuando ya existen otros
focos o muy difícil tratamiento? Sin embargo, sería
ligereza achacar siempre estos casos a negligencia. Dicho está que los tumores aparecen en todos los tejidos,
y ello implica la distinción de otros tantos tipos. Son designados
con el sufijo de -oma, al que antecede un prefijo adecuado a la índole
de cada variedad. Así, por ejemplo, los papilomas son tumores
benignos de los epitelios de revestimiento, y el prefijo Un tumor benigno del tejido conjuntivo es el fibroma. El maligno
es el sarcoma, sustantivo que sugiere el aspecto carnoso. Se trata
de la segunda variedad del cáncer, y su metástasis ocurre
por vía sanguínea y se propaga con gran rapidez. No
es raro observar sarcomas en personas jóvenes y aun en niños.
|
||