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Ventriloquia, el arte de tirar la voz, es decir, que quien habla lo hace de tal manera que el sonido parece venir de una distancia o de otra fuente distinta del que está hablando. Al mismo tiempo, la voz se oculta, en parte, elevando su diapasón, lo que aumenta el mencionado efecto. Se supuso anteriormente que la ventriloquia era el resultado de un uso peculiar del estómago, durante la inhalación, de ahí su nombre que viene del latín venter = vientre y loqui = hablando. No obstante, las palabras se forman de la manera normal, pero la respiración deja salir el aire muy despacio, los tonos se camuflan estrechando la glotis y la boca, los labios se estrechan lo más que se pueda. Mientras, se retrocede la lengua y solo se mueve la punta de ella. Esta presión en las cuerdas vocales difunde el sonido, a una mayor presión, mayor es la ilusión de distancia. Normalmente, el ventrílocuo - manteniendo sus labios muy juntos, casi sin moverlos- utiliza un maniquí para fijar la atención del público y aumentar la ilusión de que el maniquí es el que habla. Cuando no usa un maniquí, el ventrílocuo utiliza algún objeto que, generalmente agita, para atraer nuestra atención nosotros mientras él habla y logra darnos la ilusión que desea.
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