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¿Cómo se han formado los volcanes?

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Es de conocimiento general que en las cordilleras de todos los continentes existen montañas que son volcanes. Pero, no todo el mundo sabe cómo y por qué se han formado los volcanes.
En el siglo pasado, el 20 de febrero de 1943, un campesino mexicano que trabajaba sus tierras, cercanas a la ciudad de Paricutín, con asombro, vio que de un hoyo de la tierra que araba, de pronto, surgió un chorro de vapor. No supo a qué atribuir este fenómeno, aunque llevaba días sintiendo pequeños temblores de tierra, pero junto al chorro de vapor también comenzaron a saltar piedras y, cada pocos segundos se producían explosiones. Asustado fue a dar cuenta a las autoridades. Los fragmentos de piedras salían junto al vapor, sin interrupción, y el boquerón se transformó en un cono que, a los pocos meses, se elevó hasta los 300 metros sobre el nivel de las tierras del campesino. Había nacido un volcán.


El proceso de formación de un volcán se produce por el calor que se ha acumulado en la corteza terrestre. Las capas de rocas contienen restos de uranio y otros elementos que, al decaer, liberan energía atómica, bajo la forma de calor. Este proceso transcurre durante millones de años y llega un momento en que la roca puede calentarse tanto que se derrite, convirtiéndose en una masa blanda, llamada magma. La masa es blanca, porque el vapor de agua y otros gases se disuelven en el magma, lo mismo que el bióxido de carbono se disuelve en el agua de soda.


Siguiendo con este ejemplo, sabemos que una botella de soda taponada, mantiene en su interior a presión el bióxido de carbono, pero cuando se quita el tapón, el gas bur-bujea y si la botella se calienta y se sacude para abrirla después, el bióxido de carbono explota tan deprisa que el agua se derrama formando espuma. Los gases contenidos en el magma están "embotellados" por la roca que los cubre. Si esta cubierta contiene aberturas o es débil, los vapores calientes las atraviesan, derriten la roca y abren respiraderos. Los gases explotan en la superficie. Esto disminuye la presión en la profundidad del magma, cosa que permite a los gases continuar burbujeando. Una masa de espuma caliente choca contra la cubierta rocosa y, si logra atra-vesarla, comienza una erupción. Los gases hirvientes empujan el magma hacia la superficie de la corteza terrestre (que es la botella utilizada como símil en nuestra explicación).

Cuando irrumpe, los vapores explotan. El magma, al reposar, se convierte en lava, que puede manar como un espeso jarabe o formar bloques como una densa pasta. Cuanto más caliente, tanto más fácilmente fluye. La composición química también afecta a su conducta. Una mezcla será más dura a una temperatura dada que otra. La lava, a menudo, se derrama libremente por un respiradero y se extiende alrededor formando capas. La superficie de la lava en con-tacto con el aire frío forma una dura película de vidrio. Este es flexible cuando está caliente. Se dilata mientras fluye la lava dentro de él. Por último, el movimiento se detiene cuando la lava se endurece y adopta formas viscosas o abultadas como las olas, tal como ha podido observar quien camina por una cordillera